La Ciudad Vieja y, concretamente su plaza, ha sido el centro de la vida pública en Praga desde la Edad Media.
Durante el siglo XI, las edificaciones fueron extendiéndose desde el Castillo hasta la orilla derecha del río Moldava. A finales de este siglo se menciona por primera vez la existencia de un mercado en la actual plaza de la Ciudad Vieja.
A lo largo de los dos siglos siguientes Praga continuó creciendo y en el siglo XIII adquirió el título de ciudad. El ayuntamiento comenzó a funcionar a mediados del siglo XIV.
La plaza está rodeada por interesantes callejuelas por las que resulta
un auténtico placer pasear. La plaza está repleta de edificios de interés entre
los que destacan la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Iglesia de San Nicolás
y el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja.
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