Situada en la Royal Mile,
en un punto intermedio entre el Castillo
y el Palacio de Holyroodhouse, la Catedral de
San Giles fue erigida sobre un antiguo santuario construido en el siglo IX,
para ser consagrada al patrón de los leprosos.
Una vez en el interior, resultan curiosos los
diferentes colores y texturas de los techos, que dejan constancia de que la
iglesia está hecha de "retales" que le aportan un aspecto tan
encantador.
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